viernes, noviembre 14

Bernardo, el niño de la vida


Bernardo era un adolescente problemático. En el colegio le hacia la vida imposible a sus compañeros, robaba cosas por diversión, le gustaba ir de parranda día y noche, emborrachándose y drogándose,  y en fin... le iba mal. En consecuencia fue expulsado del colegio y de la misma sociedad xD. Su padre, un conocido político, tratando de enderezar a su hijo, le impuso innumerables y duras reglas de conducta, lo cambió de colegio (a pesar de todo, un buen colegio ya que el caballero tiene su influencia xD) y, lógicamente, le cortó su mesada. Bernardo, mientras aguantaba está situación (que le provocó stress y este desencadeno un cuadro de psoriasis en sus manos), se dedico a jugar póker por Internet. Aprendió bastante rápido y de esta forma consiguó algo de dinero para sus gastos privados (básicamente droga que conseguía a través de sus compañeros de colegio).

 

Al  terminar el colegio y entrar en la universidad, Bernardo se encontró con la ansiada libertad. En este ambiente, donde la mayoría de los jóvenes poseía su propio auto, departamento y dinero para sus gastos, su ambición se acrecentó. Autos, un departamento, diversión día y noche... el póker por Internet ya no era suficiente... así que se dedico a jugar en clandestinos que sus amigos drogos del colegio le recomendaban.

 

Rápidamente se inmiscuyó en el mundo delictual, y se convirtió en un exitoso traficante de droga. Por supuesto, cuando comenzó a ganar bastante dinero, dejó la universidad y se fue de su casa, tras una inmensa pelea con sus padres, acrecentada por la cantidad de alcohol y drogas en su sangre.


Al cabo de un tiempo comenzó a trabajar en un club clandestino, gracias a los contactos que hizo Priscilla, una mujer que fabricaba y le vendía drogas exclusivas, y que con el tiempo se convirtió en una de las personas más importantes para el.

En el club se juntaban traficantes de todo tipo (drogas, armas, animales exóticos, mujeres, toallas y hasta servilletas), con los cuales trataba a menudo. En varios de esos tratos, Bernardo fue contratado, junto a Priscilla y a veces junto a un tipo llamado Esteban,  para llevar a cabo intercambios de mercancía que terminaban, la mayoría de las veces, en la muerte de la otra parte. Así el pequeño Bernardo se convirtió no solo en jugador alcohólico, ladrón de autos (que utilizaba para huir y despistar) y traficante, si no también en asesino.

Para zafarse de muchos problemas con la ley, Bernardo recurría a David, un amigo de la infancia que se desempeñaba como carabinero, al cual le daba dinero para que tapase sus culpas. Gracias a él, en la redada de la mafia más grande del país, Bernardo quedó fuera de toda sospecha. Si bien el no formaba parte directamente en sus filas, había tratado con ellos muchas veces.

Lo sorpresivo en aquella redada fue que Esteban, el tipo con el cual se encontró en varios trabajitos (que afortunadamente fueron los menos “ilegales”) y con el cual alcanzó a cultivar una rápida amistad, resultó ser un agente de la PDI en misión encubierta. Agradeció profundamente que Esteban no lo hubiese delatado (seguramente por falta de pruebas xD)

El club vivió su época dorada después de eso, ya que muchos de los mafiosos que quedaron sin ser capturados solían juntarse ahí a hacer sus negocios, por lo cual el dinero corría como nunca. Y no solo llegaba gente del mundo criminal, ya que el club se volvió bastante atractivo para gente de la farándula, ya que, al haber actividades ilegales, era poco promocionado, y por ende los paparazzis ni siquiera sabían de su existencia. Incluso llegó a tocar una popular banda que Priscilla, conociendo al vocalista, invitó para que lanzaran su primer disco, en una función privada muy exclusiva. Ariel, el vocalista de la banda, no soportaba mucho las bromas de Bernardo, y aunque Ariel reaccionaba muchas veces violentamente ante Bernardo, ellos junto a Priscilla, componían un trío inseparable.

Sin embargo, años después, le toco el turno de caer a su propio club. Muchos de sus compañeros criminales fueron capturados pero, por cosas del destino, ese día Bernardo se encontraba en una fiesta “exclusiva” haciendo negocios turbios. De vuelta, borracho y drogado, choco contra un árbol y fue llevado al hospital, por lo cual nunca volvió al Club.

Pasó varios días en coma, y al despertar, David le contó varias cosas. Uno, había perdido un ojo. Dos, el allanamiento del club y Tres, nuevamente su amigo lo había salvado de ir a la cárcel, ya que logró tapar varias pruebas que lo incluían dentro de la banda y así Bernardo se veía libre de culpa otra vez.
Pero, al cabo de unos meses, mientras la investigación a la banda continuaba, se descubrió la participación de David (y de otros carabineros) en la desaparición de pruebas y, por ende, se les dio de baja, enfrentando un proceso bastante vergonzoso y mediático. Pero aun así, a Bernardo nunca lo buscaron.

En este caos, intentó por todos los medios buscar a Esteban, Ariel y Priscilla, los únicos amigos a los cuales podía recurrir. Pero al parecer Priscilla decidió ocultarse un tiempo, lo cual hizo muy bien porque le fue imposible localizarla, y se enteró de que a Esteban lo habían matado miembros de la mafia que habían quedado sin ser inculpados. Ariel, como buen rockstar que alcanza popularidad rápidamente, andaba de gira y le fue imposible contactarse con él (y seguramente quería huir de todo lo relacionado con el club clandestino).

Ahora Bernardo estaba solo, y no solo eso, si no que su amigo David, quien en un principio había entrado a carabineros con un idealista sentido de la justicia, había sido corrompido por él y , gracias e eso, todo lo que había logrado fue destruido. Por SU culpa.

Y aun sin ser perseguido, sus bienes estaban a nombre de varios componentes de la banda, por lo cual se quedo sin nada (a excepción del auto, que fue lo primero que se compró xD).

Desesperado en su soledad, miseria y culpa, no le quedaba más remedio si quería seguir viviendo. Tomo la decisión de hacer todo lo posible por ayudar a sus amigos que quisieran ser rescatados del mundo delictual. De ayudar a David a recuperar algo de su vida. De volver a casa. Y para todo eso, lo primero que debía hacer era tener el cerebro en buen estado. Abrió las páginas amarillas y buscó un centro de rehabilitación para drogadictos. Se internó y se negó a salir al mundo. Procuró no ver a nadie para así evitar caer en la tentación de salir a “divertirse”, lo que seguramente decaería en alcohol y drogas. El se conocía y sabía que no podía confiar en su voluntad.

Al cabo de tres años, cuando ya había pasado una de las etapas más duras de la terapia, decidió impulsivamente ir a ver a sus padres. Sin una llamada previa, se presentó en su antiguo hogar. Por supuesto ni siquiera lo dejaron entrar, ya que la empleada era nueva y no tenia idea de su existencia. Opto entonces por el contacto telefónico. Tuvo suerte ya que no habían cambiado de número y la persona que contesto no le preguntó quien era. Pero al escuchar la voz de Bernardo, su padre cortó inmediatamente. Decidido a que al menos lo escucharan, insistió varios días por teléfono, hasta que al fin su madre acepto juntarse con él en un restaurante. Esto no le daba muchas esperanzas, ya que su madre era aun más dura que su padre. Pero era la única oportunidad que tenía, así que no le quedó más remedio que ir. Al llegar, Bernardo tenía pensadas tantas cosas que decir, incluso practicó la manera de pedir perdón. Pero su madre no estaba. Pensó que no era extraño - es una mujer después de todo y ellas siempre se retrasan – se dijo a si mismo para calmarse. Al cabo de 50 minutos (exactos) llegó su madre. Al parecer venía del gimnasio, ya que vestía ropa deportiva.

- Hola. Antes que nada qui…

- Espero que con esto estés bien – Interrumpió su madre, mientras le pasaba un sobre alargado - No quiero que destruyas a nuestra familia ni la carrera de tu padre. Tus hermanos están muy bien sin ti y los más pequeños ni siquiera saben que existes, y así es mejor. No quiero que puedas influenciarlos de alguna manera. Seguramente tú saliste así porque te engendramos en pecado… - y, mirando para todos lados, se alejo rápidamente hacia su auto.

Bernardo miró el sobre, aun un poco aturdido ante la actuación de su madre. Dentro había un cheque por un par de millones. Comprendió que en ese acto no había la más mínima intención de mostrar una preocupación maternal, muy por el contrario, intentaba pagarle no solo por su silencio, si no por la desaparición para siempre de sus vidas. Esa noche todo terminó muy mal para él. Con sus esperanzas destrozadas, pensando que en realidad su esfuerzo de ser mejor persona no le interesaba a nadie, llego a un club exclusivo donde, sabía, se juntaban algunos antiguos compañeros. A ellos francamente no les importo que había sido de la vida de el, y al verlo deprimido, como buenos amigos le ofrecieron alcohol y droga gratis para pasar las penas. Despertó en el departamento de uno de sus compañeros de parranda. No tenía ganas de volver al centro y gastó el dinero que le dio su madre en más estupefacientes. Mientras veía el día pasar, vio en la tele a su padre dando una entrevista. Se encontraba en un centro familiar (o algo por el estilo), el cual no estaba muy lejos de ahí. Así que, en un estado bastante “elevado”, decidió ir a presentarse ante su padre y ante el mundo. Cuando llegó, su padre ya no estaba, pero aun tenía mucha rabia dentro, y decidió ir a esperarlo a su casa. Se dio vueltas el resto de la tarde ante la casa familiar. De lejos vio a sus hermanos pequeños, a los cuales nunca había visto. Al principio se enterneció, pero su ira floto sobre todas las demás emociones nuevamente.

- A ellos les dieron cosas que a mi no, porque a mí siempre me odiaron – pensaba, dentro de lo poco que podía pensar.

Su padre llegó entrada la noche. Bernardo se acerco a él por la espalda, sigilosamente.

- ¡Señor diputaAaAaaAaAAaaado! – gritó en un tono burlón

Mientras su padre se volteaba, y sin poder articular palabra por la furia que sintió al ver a su progenitor, le propinó un fuerte puñetazo en la cara. Luego, consiente del riesgo que corría, huyó descaradamente en el auto de su padre.

Sin tener un lugar donde pasar la noche, abandonó el auto y volvió al suyo, para dirigirse nuevamente a un club a olvidar las penas.

Al día siguiente no despertó.

Pasaron 3 semanas antes de que pudiera hacerlo. Una sobredosis casi acaba con su vida.

 

- El mismo hospital del choque… - fue lo primero que pensó al despertar.

Esto le hizo recordar a su amigo David, que seguramente aún seguía en la cárcel. Recordó lo que había anhelado cuando decidió dejar esa vida. Y por una muestra de frialdad por parte de su madre, había dejado que todo su esfuerzo en la terapia se fuera a la basura. Pero eso no era nada comparado con lo que seguramente ha sufrido David, o Priscilla, o Esteban.

- Soy un imbécil.

 

Al cabo de unos días salió del hospital, y regresó al centro de rehabilitación. Retomó contacto con Priscilla y Ariel, y procuraba ir a menudo a ver a David a la cárcel. Cuando quería estar solo iba a ver la tumba de Esteban. Dos años después entró a la universidad en horario vespertino, gracias a una beca universitaria “para jóvenes en terapia que quieran ser mejores personas”.

 

Ya terminó el primer año de derecho y logró pasar con bastante esfuerzo.

El decano, un señor llamado José Francisco Errázuriz  de Vivar, a pesar de ser una persona bastante mal genio, le ha ayudado cada vez que Bernardo se lo ha pedido. Y revisa su rendimiento constantemente. Al terminar el año, su padre le comunicó que le enviaría algo de dinero mensualmente, ya que supo sobre su ingreso en la universidad. Insistió en que, aun así, él ya no era su responsabilidad.

 

 

Otros datos:

 

Tiene Psoriasis palmoplantar o psoriasis tipo Barber (Se caracteriza por varios brotes de pústulas. Las pústulas pueden confluir en grandes lagos de pus, que se secan en 8 a 10 días formando escamas y costras marrones. Este proceso se cronifica, produciendo callosidades amarillentas que pueden dar fisuras extremadamente dolorosas e invalidantes.)

 

Familia (Opus Dei) :

Padre : José Antonio Kast Rist, Abogado y diputado UDI.

Madre: María Pía Adriasola

Hermanos: María Josefina, José Antonio, María Pía, Nicolás, Matías, Trinidad, Agustín, María Isabel y Benjamín José

 

Bernardo es el hijo mayor. Sus padres lo tuvieron muy jóvenes, y por él se casaron apurados xD. No tiene mucha relación con sus hermanos, ya que es bastante mayor y se distanció de ellos debido a su conducta rebelde. Aunque con su hermana María Josefina compartió bastante en su infancia (solo se llevan por 4 años), al entrar Bernardo en la adolescencia y rechazar todo su mundo de pertenencia, dejó de lado el trato fraternal con ella y continuas disputas los distanciaron, incluso antes que Bernardo comenzara a distanciarse de sus padres.

No conoce a los que nacieron después que él se fue (Agustín, María Isabel y Benjamín).

 

Por supuesto, Bernardo no sigue los valores familiares, ni su conducta moral, y es ateo.

 

Quizás haberse distanciado de su familia fue un alivio para la reputación del Diputado. xD

2 comentarios:

Sieg dijo...

Snif... qué emotivo

Joyce Maureira Z. dijo...

deberia mandarla pa guion al canal 7 o al 13

xD